..."parecía otro dia diferente"...

He estado realizando la segunda concentración en la Sierra de los Filabres, la semana estaba transcurriendo entre cortafuegos, punteo, desiertos y grandes bosque de pino. Me gustaría hacer hincapié en el entrenamiento del Miercoles a las 5:00 am, siendo petición mía hacia mi amigo Miguel, le pedí que sacrificara algo de su sueño para que veamos amanecer en el alto de la Tetica a unos 2080 m, como siempre y con una sonrisa en la boca me dijo que si (teniendo en cuenta que el tenía que estar trabajando a las 9 de la mañana). Nos desplazamos al pueblo de Bacares a 1213 m, nos disponíamos a subir un nivel positivo de casi 900 m positivos, pero todo daba igual, nos pusimos los frontales, material de abrigo y… marchamos dirección a la cima.

Empezamos por una zona de “caracolillos” que en poca distancia acumulábamos 300 m positivos, el tren inferior empezaba a despertarse y asentir un calorcito en los gemelos. Después de esta rampa, continuamos por una vereda que siempre tendía hacia arriba, la verdad que el ritmo que llevábamos por estas zonas era alegre pero Miguel me iba explicándome como era la zona y el tiempo pasaba muy rápido. Llegamos hasta una fuente en la que echamos un traguito de agua y también por necesidades fisiológicas. Pocos minutos tardamos en ponernos en marcha y empezar a puntear otra tramo mas largo, el cielo nos brindaba una estampa de estrellas entre nubes y la cima iba viéndose cada vez mas cerca. La vereda se cortaba y entre grandes pinares había que ascender hasta encontrarnos un tramo de carretera, seguimos por ella, hasta que giramos a la izquierda para afrontar el último tramo de subida,… con un silencio rotundo cada uno subía a su ritmo, os puedo asegurar que parecían escalones de un bloque de pisos, el viento frio soplaba sobre nuestros cuerpos pero ya lo habíamos conseguido estábamos en la cima de la Tetica, eso si, antes de lo previsto porque todavía no había amanecido, bonita imagen la que nos brinda este Pico y …..empezamos a descender, esta vez por el mismo lado que subimos, controlando porque alguna zona era técnica ( una anécdota que os quiero puntualizar, nos siguieron dos perros durante un buen tramo, uno era blanco “grande” y otro negro “pequeño”, el pequeño era el guerrero “Miguel” y el grande el que le apoyaba “Chamorro”)….sin darnos cuenta amaneció “parecía otro día diferente”( la imagen siguiente es un dibujo a carboncillo, realizado por mi, inspirado en las montañas que ascendimos, que regalé a mis amigos Miguel y Encarni ).

Ya estábamos en Bacares, todo había transcurrido muy bien y había echo una ruta de 2 horas, allí desayunamos café y tostadas. Volvimos con los deberes echo y dispuestos afrontar el trabajo desde una manera diferente, con otras ganas, motivados….

Por último, y con la sorpresa todavia en el cuerpo, agradezco a Kilian Jornet que comentara el artículo de Paco.