viernes, 27 de septiembre de 2013

La historia de Ann " The sky is the limit "

   
 Querido Carlos:

 Todos tenemos un “búscame en la cima”, algo que nos impulsa a seguir, un instinto de querer ser como somos, una excusa o un motivo para cambiar el mundo y moldearlo a nuestra forma, una lucha por cambiar lo inevitable……..
Mi “búscame en la cima” lo encuentro en el día a día, en el trabajo, en la familia, en los amigos, en esa gente con la cual conectas enseguida sin ni siquiera conocernos…………….

  Cuando estoy solo mi “Búscame en la cima” lo encuentro en la montaña, algo me impulsa a subir corriendo, corriendo todo lo rápido que mis piernas me dejan en cada tramo y hasta lo mas alto.
Quiero llegar y saborear el esfuerzo,  sueño y deseo que en otro sitio algo bueno suceda,  como un aleteo de mariposas. Cada paso es un pensamiento, un deseo de dar lo mejor de uno mismo, una conexión con la naturaleza y con el universo.

  Voy armado con mi instinto y con mis piedras y cuando llego a la cima,…. cuando llego a  la cima dejo una piedra. La dejo en gratitud a la montaña y al universo…..en gratitud por dejarme seguir “buscando en la cima”.

Después  sigo soñando, me imagino las caras de la gente al encontrar  una piedra y entonces se que mi esfuerzo ha valido la pena. Se que se ha producido un aleteo de mariposas y que nuevas historias sucederán……….

  También tengo la esperanza de que algún día también yo encontraré una piedra en la cima.

  Ahora mi “Búscame en la cima”  está en esta carta a un tal Carlos Chamorro. Intento dar lo mejor de mi mismo en cada frase, me imagino tu cara al leerla, sueño y deseo que te guste y compartas y disfrutes este humilde proyecto.
Sueño  que algún día publicarás esta historia en tu blog, y también deseo que tu tengas el impulso de dejar una piedra en la cima………………..

   Carlos no me enrollo más, me hizo muchísima ilusión saber que Nuria te había regalado una piedra pintada. Nuria se adelantó a mi!!!!!!!!!!!!

  Bueno yo te regalo estas piedras y que sepas que me gusta tu “Búscame en la cima” y me gusta tu proyecto, espero que también disfrutes y compartas el nuestro.

 Te paso la historia de Ann, que creo que ya conoces. Me encantaría que la publicaras en tu blog, ya se que es un poco descarado pedírtelo pero esta bonita oportunidad que no puedo desperdiciar.

  De verdad no hay ningún interés económico ni nada por el estilo, simplemente creo que es una historia bonita y creo que merece la pena compartirla. Estoy seguro de que “Búscame en la cima” y esta historia de piedras de mano en mano y de cima en cima tienen y siempre han tenido cierta conexión.

  En las piedras que dejamos en las cimas también adjuntamos los links de gente colaboradora, añadir el tuyo será un lujo…………..por supuesto con tu consentimiento.
Y sino no pasa nada, disfruta las piedras, regálalas, busca una cima y déjala allí o guárdalas para ti.

Y cuídate mucho, te deseo lo mejor a ti y a la naturaleza que te rodea.

La historia que arrancó este proyecto de piedras con mensajes de esperanza se llama “The sky is the limit”


PD: Esta carta te le he escrito hoy día 26-09-2013. Nada mas acabar la carta he ido a ver un mensaje de Facebook de una amiga mía, casualmente y para mi grata sorpresa justo hoy tu has hecho público tu proyecto en Facebook. No se, me ha hecho ilusión igual que cuando decidí pedirte la dirección para enviarte unas piedras y resulta que ya tenías una…….. tal vez sea el aleteo de las mariposas.

 Las piedras ya están en camino.

Esta es la historia de las piedras....

THE SKY IS THE LIMIT

En octubre de 2010 empecé a dar clases a un grupo de personas extraordinarias. Todos eran muy diferentes entre sí pero tenían en común la búsqueda de la felicidad y la plenitud en sus vidas.

Como ejercicio de aprender a escuchar en inglés les contaba historias de coincidencias y les expliqué la teoría de la ley de la atracción. Les conté lo importante que es tener sueños, creer en los milagros y nunca perder la fe en la vida, ni siquiera cuando te dicen que sólo te quedan unas semanas de vida.

Valentín, normalmente un muchacho callado y reservado, dijo que su hermano Antonio había sido diagnosticado con cáncer terminal. Le dije que nadie, ni el mejor de los médicos, podía predecir la muerte de nadie y que mientras respiremos tenemos que disfrutar al máximo de cada aliento de nuestra vida.
Nos contó Valentín que su hermano era muy optimista, algo que siempre ayuda. A lo largo del curso la salud de Antonio se fue manteniendo estable. Incluso dejó de tomar las pastillas de morfina porque se sentía mejor.

A David, el corredor de maratón de la clase, le fue difícil al principio seguir mis historias pero no se dio por vencido y no se perdió ni una sola clase. Su comprensión del inglés y su expresión verbal mejoraron tanto en esos pocos meses que apenas me lo puedo creer yo.
Acostumbrado a ‘chocar contra el muro de los 30 km' al correr una maratón, no tenía miedo de los obstáculos que se presentaban en su camino. Empezó a experimentar coincidencias por todas partes y esta historia es el resultado de una de ellas.

Antes de seguir escribiendo quiero decirles que si hablo de la importancia de disfrutar de cada momento en la vida, es porque un día me dijeron que sólo me quedaban 3 semanas para disfrutar de ella. Esto fue en el 2004. A finales de 2005, mi hijo Lucas fue diagnosticado con leucemia. Después de dos años de quimioterapia, los médicos nos dijeron que su cuerpo tendría que volver a funcionar sin ayuda de la medicina y que el 2008 sería el año de una posible recaída. Sólo pensar en tener que vivir con semejante espada de Damocles por encima de nuestras cabezas me hacia temblar de miedo. Cada vez que Lucas tenía el más mínimo dolor de cabeza, mi marido y yo salíamos corriendo hacia el hospital.
A fin de no pensar en la enfermedad de Lucas, me puse a pintar piedras y más adelante a venderlas, pero cómo surgió esto es otra historia...
David dijo que estaba harto de correr y que le hacia falta un reto. Un día compró tres de mis piedras con el mensaje “The sky is the limit” (El cielo es el límite). Explicó en clase que los escaladores establecen un relación muy especial con las montañas y que, cuando alcanzan la cima, hacen un deseo. Algunos picos de montaña hasta tienen un buzón en el cual la gente puede depositar sus deseos. A David le parecía injusto hacia las montañas ya que la gente les pide que sus sueños se cumplan sin dar nada a cambio. Decidió que dejaría las tres piedras en las cimas de tres montañas altas para así convertir la tradición de pedir en dar.

La idea le llenó de energía. Escaló el Monte Perdido, la tercera montaña más alta de los Pirineos. Desafortunadamente las condiciones meteorológicas adversas aquel día no le permitieron llegar hasta la cima, así que dejó la primera piedra en el punto más alto que logró alcanzar, cerca de la cima.

En abril de 2011 David recibió un libro escrito por Kilian Jornet, el campeón del mundo de ‘sky running', un deporte que consiste en correr en montañas que tienen una altitud superior a 2000 m.
Después de leer el libro, David le mandó un correo electrónico a Kilian para ver si sería tan amble de hacerle un pequeño favor…dejar la segunda piedra en la cima de una montaña.

Durante el curso todos nos intercambiamos las direcciones de mail para montar una red de buenas vibraciones. Cualquier cosa positiva que merecía la pena ser compartida se mandaba.

Mientras esperaba la respuesta de Kilian, David decidió asistir a una conferencia titulada “Aprendizaje en las empresas: el reto de subir montañas y cruzar desiertos”. Su empresa se enfrentaba a varios problemas y las similitudes entre escalar una montaña y dirigir una empresa le llamarón la atención. La invitación para la conferencia se la había mandado Valentín.

Uno de los ponentes de la conferencia habló del libro que acababa de publicar titulado “La Cumbre Infinita”. Mencionó que había escalado el K2, la segunda montaña más alta de la tierra después del Everest. Para la sorpresa de David, el hombre en cuestión era Valentín Giró, un conocido escalador que participó en la expedición que escaló el K2 en el año 2004. Manel de la Mata, uno de sus compañeros escaladores, murió en aquella expedición. Valentín Giró aprendió de él lo que llegaría a ser su lección de vida más importante: ”Lo que importa es el camino, no (sólo) el destino”.

Después de la conferencia, David, quien llevaba encima la piedra que quería entregar a Kilian Jornet, se acercó a Valentín con una idea en mente…
Su encuentro resultó en la siguiente nota dedicada a mi familia por el autor de “La Cumbre Infinita”, el libro que David me regaló después de asistir a la conferencia.

“Lucas, Claudio y Ann
Les prometo que dejaré esta piedra en la cima de una montaña muy alta.
Con mucho cariño y mucha admiración
Valentín Giró”

A principios de junio de este año David quedó con el manager de Kilian Jornet y tras explicarle la historia, David le dio la última de las 3 piedras.

En julio, Kilian se puso en contacto con David para decir que después de escalar varias cimas poco inspiradoras, dejó la piedra en la cima de ‘La Jonction' en los Alpes franceses, una montaña que, según él, transmite mucha fuerza y belleza.

El último día de agosto recibí un correo electrónico de David. Se trataba de una foto en el blog de una chica llamada Amara. Resulta ser la chica que encontró la piedra que David había dejado en el Monte perdido. ¡Colgó la foto de la piedra en su blog!

A mediados de septiembre me esperó otra sorpresa: una hermosa foto de Valentín Giró sosteniendo la tercera piedra…en los Andes!

Ayer me contactó Valentín, mi alumno. Antonio sigue estable. Ésta es la mejor de todas las sorpresas.

Realmente, el cielo es el límite.

Ann

jueves, 12 de septiembre de 2013

Finisher UTMB 168 km + 9.600 m de desnivel



UTMB… Iniciales que significan una historia, un mundo, un lugar donde encontrarse, donde reinventarse, simplemente Ultra Trail du Mont Blanc. Muchos años viendo imágenes, videos, madrugando para ver cómo van mis amigos del Hockey Alcalá, ver volar a Kilian por un recorrido solo realizado por unos pocos “finisher”, montañas infinitas, glaciales, noches, pueblos, gentes. Es la carrera de Trail más famosa del mundo y para algunas personas el campeonato del mundo no oficial. Para preparar este tipo de prueba hay que estar físicamente bien pero, más aún, mentalmente porque sabes que te van a surgir muchas dudas las cuales te forzarán para poder abandonar. Suena Vangelis a las 16.30 en el arco de salida, lo único que pasa por mi cabeza es volver a ver este arco… para ser “finisher”,  pero aún queda mucho, me meto en la película que estoy viviendo, en la que siempre me hubiera gustado ser el protagonista, el guía de mi propia historia, pero sabía que esta vez iba a ir acompañado de mis amigos para así asegurar acabar esta aventura. Salimos de los últimos, así lo marcará nuestro primer parcial en el puesto 1.700 algo que no me preocupa, sé que eso no será determinante a la hora de afrontar las subidas y bajadas.

Pasamos las Houches con un buen ritmo, la gente sale muy rápido, nosotros imponemos nuestro ritmo. A mi lado me doy cuenta que veo a un corredor que me suena. ¡¡Anda!!! si es Alessandro, amigo de Kilian que lo conocí en la Cerdayna. Le saludo (mi dominio del italiano no es muy bueno), durante la carrera nos iríamos encontrando,.. Empezamos la primera gran subida Délevret… nos mantenemos juntos Emilio, A.Jiménez, Rafa, J.M De La Oliva y yo. En un momento a mitad de subida Jose Maria decide irse para adelante en solitario, nos dijo que era para ir más rápido en las subidas para después perder tiempo en la bajadas para no castigar sus maltrechas rodillas. Fue la última vez que lo vimos, jejeje, menos mal que le dolían las rodillas. Comenzamos después de coronar el puerto, una bajada que siendo la primera me determinaría la manera de afrontar la carrera, me dejó sin piernas, cuando paramos en el avituallamiento de Saint-Gervais  parecía que llevaba más de 100 km, estaba destrozado, por mi cabeza empezaron a pasar muchas cosas, la temida “retirada”,.. pero ¡NO! no podía ser, ¿Por qué? Continuamos dirección las Contamines, no tengo fuerza… Volvemos a parar a comer algo solido y en mi cabeza empezaban a pasar “fantasmas” que me invitaban a rendirme, pero  quería continuar, empezaríamos la subida al Croix du Bonhome, que larga la subida, muy larga, larguísima… Bastones en mano y buen ritmo, una fila de gente nos indican el camino, una de las imágenes más espectaculares, todos  con sus frontales encendidos. Bajamos a Chapieux, continúan mis piernas muy castigadas, pero ¿qué me pasa?… físicamente bien, muscularmente muy mal… y si era poco lo que estaba pasando, salimos del avituallamiento y me empieza a dar sueño. No fue muy larga esta sensación y la pasé rápida, observando a nuestro alrededor o recordando muchas cosas por mi cabeza “carreras, montañas, familia, colegio...”.

Subimos el Col de la Seigne, continuamos con buen ritmo, aunque la rodilla de A.Jiménez ya va tocada, los cuádriceps de Emilio tampoco van muy bien, Rafa se fue y nos esperó en el avituallamiento Lac Combal. Nos volvimos a juntar, yo aun no había tomado ningún gel, con sólidos e isotónico me estaba yendo muy bien, también un poquito de café caliente no iba mal. En tema de material aquí me puse el goretex porque tenía algo de frio, pero con la camiseta técnica larga y el cortavientos se iba muy bien porque la temperatura mínima era de 8 grados. Última subida antes de llegar a Courmayeur, Aréte du Mont Favre quizás una de los amaneceres más bonitos de mi vida, montañas de más de 4.000 metros y glaciales. ¡¡Uuufff!!!, todavía no lo he olvidado, incluso sueño con volver a estar allí. Hacemos cima y  nos paramos a hacer una foto, el  momento lo pedía. Antes de comenzar el descenso me acuerdo de las palabras de mi amigo A.Mudarra: “cuidado con esta bajada, invita a correr rápido pero puede desgastar mucho”.

 Llegamos a Courmayeur, nos cambiamos de ropa,  comemos algo sólido, reponemos los bidones. Con poco tiempo de descanso empezamos la ascensión al refugio Bertone, aquí empezaría la CCC del año pasado, pero eso sí con un clima totalmente distinto, el sol estaba mucho más presente que en la edición del año anterior. La subida no es complicada, la pasamos con poca dificultad y continuamos dirección el Refugio Bonatti. En este terreno y siendo de día íbamos bastante frescos, aún llevando unos 89 km ya en las piernas. Bajada desde el Bonatti hasta Arnuva en el cual pararíamos para repostar y comer algo sólido y empezar la subida a la cima más alta de la carrera Grand Col Ferret 2.537 m. Aquí me coloqué los cascos para ir oyendo un poco de música, me acuerdo de los gestos de Emilio moviendo la cabeza como bailando a la vez que escuchaba mi música. lL subida fue una gran subida, con unos buenos tramos inclinados y castigando algo el sol porque la iniciamos para las 14.00. Paramos un poco en la cima, donde nuestro compañero Jiménez lleva muy castigada la rodilla y le costaba apoyarla. Se ve algo impotente por llevar al resto frenado pero como decidimos al principio, ¡tenemos que llegar los cuatro juntos a Meta!. Pasaríamos por la Fouly donde comeríamos de nuevo y yo tomaría una barrita salada pero nunca gel, no me apetecía.
Continuamos la bajada (que esto en mi pueblo no es bajada, son toboganes ) hasta Praz de Fort. Creo que esta es una anécdota que nos quedará grabada para toda la vida y yo como maestro vi en aquellos niños a mis alumn@s. Una sencilla mesa de color en un prado, con varios vasos de colores y un par de jarras con agua, rodeado esto de dos niñas y un niño (edades de entre 6 a 7 años), ofreciéndote un avituallamiento con sus propias manos. Prometo que yo no probé el agua de la impresión que me lleve, mis compañeros sí, que imagen, que feliz, les saludamos. Continuamos y nos dirigimos hacia Champex-Lac, subida, subidón!!! Paramos en este gran avituallamiento y planteamos estrategia, después de llegar de día. No paramos mucho en este avituallamiento y hacemos subida rápida a la Bovine. También vamos a tomar tres cafés, para las tres subidas que nos quedan y así intentar que no nos ataque mucho el sueño. Así hicimos, pusimos un buen ritmo en la subida la cual la pasamos rápido y la bajada tranquilos hasta Trient. Paramos algo más, comenzamos la subida a la Catogne, ¡¡uuuff, qué dura, qué sueño!!, recuerdo mover los bastones y no ser consciente. Silencio rotundo entre los cuatro, para en mitad de la subida coger un respiro. Duro no, durísimo el sueño, agua en la cara, no sirve, doy un paso, otro paso, el sueño pesa mucho. Intento distraer la mente, pensar… ni me acuerdo que llevo la música. Pasan los minutos como horas, se mueve todo raramente, llego a la cima algo más espabilado. Bajadita de caídas, doblo hasta uno de mis bastones. Emilio cae varias veces, Jiménez sufre con su rodillas hasta límites que el sólo sabe, Rafa parece ser que es el más fuerte en este momento. Llegamos a Vallorcine, sólo una subida, esperando ver amanecer y ver la Meta. ¡Qué barbaridad de subida!!!! ¡¡Escaleras de piedra interminables!!!! Pero ya no queda nada, ¡¡vengaaa!!!! La Tete aux Vents, que dureza ¡¡uuufff!!! Pero eso sí, feliz, muy feliz, la ansiada Meta está muy cerca. Emilio y Rafa imponen un gran ritmo, mis pies ya no pueden ir igual porque las ampollas y un dedo gordo, que a día de hoy continua dormido, me hacen de esa senda un martirio… Me quedo con A.Jiménez un poco atrasados y así le hago compañía, ¡¡uuff!! lo que debe estar sufriendo con la rodilla.

Último avituallamiento La Flègére, brindis entre Emilio y yo de café, pensamos: “ya está hecho” Bajada más rápida de lo esperado, incluso estamos a punto de bajar de las 40 horas pero eso ya da igual. A un par de kilómetros de la llegada encontramos a Loren: “Campeones”. Qué alegría. Nos tiramos a él como si no hubiéramos visto a nadie desde el Viernes. Pasando por nuestro apartahotel se une al grupo nuestra “Luci” (bueno, la mujer de Rafa, jejej)… Todo a partir de ahora es alegría, cada pisada te recuerda los anteriores 165 km vividos. Empiezo a sentir una sensación muy rara, recuerdo Transvulcania y Cerdayna son ultras que no pude acabar… Creo que esta experiencia me servirá para ser más fuerte. Continuamos hasta llegar al último kilómetro, Miguel y Antonio Mudarra tomando un café y saltando de alegría nos saludan… unos metros más adelante Paquito y Salva nos chocan las manos… Recta de meta, ¡¡buahhh!! Como había soñado volver otra vez hasta este sitio. Saboreo el momento... puños en alto… ¡¡lo conseguí!!! Ahora viene a mi mente: ¿volveré alguna vez? Seguro que si… Saludamos a todos nuestros amigos: Encarni, Salva, Paquito, Miguel, Luci y veo a Antonio Mudarra, no sé qué me pasa que se me llenan los ojos de un extraño líquido… A él le debo tanta motivación en la montaña, me lo hizo tan fácil la primera vez que corrí por  sendas y caminos… Me enseñó a mirar todo lo que nos rodeaba… me pasó de todo por la cabeza… Y a dormir, que me hacía falta. 

Mil gracias a todos los que me seguisteis en facebook y por la web de la carrera, simplemente el apoyo fue espectacular. ¿Y ahora qué?... Pues a seguir mejorando y disfrutando de este bello deporte que es único.



sábado, 7 de septiembre de 2013

Daniel García Gómez " Sensación de alivio, dolor, alegría y orgullo.. "




Bombero de profesión, Dani es amigo y rival de las carreras por montaña, llegó hace unos años con las ideas claras " yo quiero ser una de los mejores corredores por montaña", el otro día en el aeropuerto de Ginebra (Suiza) antes de volver a España, le comenté si se animaba a contar lo que allí vivió, con una sonrisa en la boca me dijo "SI", amig@s, aquí os dejo a uno de los atletas Andaluces con más proyección,....

Como viví la CCC.... por Daniel García...   

Se aproxima la prueba más especial y esperada de todo el año, un ultra en los Alpes.
Empiezo por la típica incertidumbre de los días previos a una prueba tan especial como esta en la que te preguntas: ¿habré entrenado suficiciente? ¿Habré entrenado mucho? habré descansando mucho? ¿A que ritmo debo salir?... Supongo que son los nervios. Y encima el viaje un poco complicado, la prueba antidoping en francés, vamos un chau.
El día de la prueba, a pocos minutos de la salida, los típicos nervios buscando servicios, calentando y revisando que no falte nada, hasta que me meto en el cajón de salida y seguimos con los nervios viendo el material que llevan los demás. Me agacho en cuclillas y veo todas las piernas apelotonadas, todas finas, marcadas y con venas. ¡Uff qué nivel! No sé a que ritmo salir.
Suena la bocina de salida y todo se calma, ya no hay nervios, sólo mi respiración y mi pulso. Después de un km más o menos me voy colocando en el grupo de cabeza que no iba demasiado rápido. En poco empieza el puerto larguísimo y durísimo en el que me doy cuenta que me llevan forzado con gente detrás y delante sin poder moverme y me pongo a la cola para ir más relajado, aunque no me encuentro muy bien. Me van sacando poco, nada preocupante pero cuando coronamos veo como todos se tiran para abajo ¡como si de un trail de 20 km se tratase! Y es cuando empiezo a pensar: voy mal, se me van y eso es para mí muy rápido siendo 100km. Empiezan a dolerme las piernas en los pocos repechos que hay y no consigo meterme en la carrera. Km 25: pienso que si en esta distancia a la que estoy tan acostumbrado no me encuentro bien seguramente no podre seguir hasta los 100, ¿me retiro? ¿Me paro? Voy fatal, me rindo y entonces me acuerdo de un amigo (pazos) que me repetía: “cuando no puedas mas sigue que eso se pasa”, y pienso: ¡si él seguiría, yo también! Tengo que seguir.
Solo aflojo un poco, olvido la ansiedad de ir con el grupo y sigo. Al poco rato todo iba sobre ruedas, me encontraba mucho mejor, iba fluido y empezaba a ver que algunos de delante  ya aflojaban y los pillaba. Ya no sabía ni el puesto que llevaba pero estaba disfrutando que era lo importante y a ese ritmo si que terminaría. Cuando llego al km 40 veo como m ponen un GPS en la mochila y eso era buena señal tenia que ir entre los 10 primeros, así que con la alegría de saber que mis amigos me seguirían por GPS y verían que iba bien me subía la moral y apretaba el ritmo, aunque hasta que no llegara a Champex (km54) no sabría nada seguro porque todos hablaban en francés y yo ni papa.
Voy adelantando a algunos que iban a menos y voy pensando en los 5 primeros y apretando, cuando llego a Champex me espera María (mi mujer) y me dice: ¡vas el 6º!!! y empieza bla bla bla bla! Y yo: ¡eeeeehhh, tranquila que estas atacada!!! (jiji). Se relaja un poco y  empieza a darme geles, barritas, aminoácidos, todo rapidísimo y en menos de 3’ estaba fuera como los boxes de formula1. ¿Qué haría sin ella? (jijj). Salgo corriendo en busca del top 5 pero me paran para hacerme control de material. Algo rapidito pero en francés… Bueno todo correcto y sigo con más ilusión a por el quinto!! ¡¡Yujuuuuu!! Aparece mi amigo Dani, persona que me da referencias del siguiente que está cerca. Ya sólo quedan 3 puertos esto está hecho! (Jiji). Un poco positivo. El siguiente puerto se me hace súper largo, no termina nunca y tengo que andar en muchos tramos pero en la bajada me encuentro uno andando y lo paso pero no hace ni el amago de pegarse y digo: uno menos, quinto!! Y ¿a cuánto estará el pódium? Bueno, bueno, me estoy emocionando, así voy bien. El siguiente puerto si lo subo con mas chispa y en mitad me encuentro un corredor tumbado boca arriba mirando al cielo y quieto como una estatua, me apresuro y le pregunto qué te pasa, llamo a alguien, ¿estás bien? y el me dice: estoy bien, nada, déjame!! Gracias. Y yo: ¡¡joooder!! ¡¡Qué reventón!! Pero… yuuujuuu!! Voy cuarto!!, no me lo creo! Voy a un ritmo bueno sin arriesgar y sin saturarme si veo al tercero el pódium es mío! y sin darme cuenta estoy bajando a toda pastilla jijij.  Ya escucho los ánimos  y los cencerros de lejos del siguiente avituallamiento y me digo en este avituallamiento tengo que parar más, que no he parado nada en los otro y me he colado bajando en esta última. Cuando llego mi hermano Rubén me dice: el tercero esta a 2’ ¡lo tienes hay!!, súper emocionado corriendo tras de mí. Y entonces todo cambia, entro en el avituallamiento (km81) y me digo: no hay tiempo. Me tomo 2 geles que me da María y me llevo 3 más en las manos y salgo viendo al tercero a lo lejos y María por detrás: ¡no te cebes, que lo coges!!. Y empiezo a pensar: como apriete igual reviento y pierdo lo que tengo, ¿qué hago?  Me acuerdo de Antonio (mi entrenador) diciéndome: se valiente y no descartes nada, haz la carrera como eres en tu vida. Y me digo: a por todas, a por él!! Y me lanzo viendo como las piernas responden asombrosamente después de 80km. Lo cojo en un plisplas y veo que no va bien pero me pongo detrás esperando el momento de darle el palo. Estamos en la última subida y él va delante sin beber intentando dejarme con pequeños apretones que voy aguantando como puedo mientras como y bebo. En cuanto afloja la pendiente me digo: tiene que ser de un palo, no puedo hacer igual que él sino vamos a llegar a meta juntos sin rendirnos ninguno. Y me lanzo como si tuviera las piernas nuevas. Me pongo delante y aprieto, noto como se va descolgando (¡qué dolor de patas!) y digo: no puedo mirar, que crea q voy bien, tras un rato bajando estoy destrozado y aprovecho una Z del camino para ver que se había rendido.  ¡¡Bieeenn!! ¡¡Qué subidon!! Voy tercero y esto ya no me lo pueden quitar, no dejo de apretar y con la emoción entro en Chamonix abriendo piernas como si llevase 20’ de trote, es asombroso lo que aguanta el cuerpo humano.
Empiezo a ver gente y más gente. Todos animando, gritando, gritando mi nombre, era algo alucinante poner las manos para que les chocase… eran cientos. ¡Qué subidón! Giro y veo ese arco de meta tan esperado. Me recorre esa sensación que sólo se tiene cuando terminas una prueba de las largas. Sensación de alivio, dolor, alegría y orgullo. Un coctel de sentimientos y emociones que solo se consigue al llegar a meta. Eso tengo que repetirlo, es brutal.  Tras la meta me esperaba María que me abrazaba y mi peque, mi hermano, mi madre, todos flipando. En cuanto me doy cuenta de que he hecho pódium me doy la vuelta y vuelvo a pasar por el último pasillo de meta,  chocando las manos a los espectadores para saborear un poco más aquella sensación tan especial y grabarla en mi memoria. Finalmente paro y me siento para la entrevista (que era en francés, jiji) y noto como desaparecen todas las fuerzas que tenia y empiezo a sentir cansancio y dolor de piernas como si hubiera corrido todo el día…

“…para mí búscame en la cima es un lugar donde compartir nuestras vivencias en la montaña, un medio por el que la gente puede ver qué sentimos en la montaña y una forma de expresarse de un amigo…”


Conociendo a Dani, su familia,... es el pilar más importante para conseguir todo lo que está consiguiendo,...