Carlillos............se me ha quedado tanto que decir,
que te escribo para expresar un poquito de tantos sentimientos que aparecen
cuando comienza un proyecto como el tuyo. Y no escribo para quedar mejor, sino
porque creo que se lo debo a muchas personas gracias a las que veo la vida de
forma muy similar a como la ves tu. Se lo debo a nuestros padres, a Manoli y
Rosi, a Chamorro y Rafa Torres, que nos han enseñado a creer en nosotros mismos
y nos han dado las herramientas y los valores para conseguirlo. Se lo debo a
nuestros hermanos, Jose y Grego, que han sido nuestros compañeros en todos
nuestros sueños. Se lo debo a personas como Miguel De La Cuadra Salcedo y a mis
compañeros cooperantes en el Sáhara que siembran las semillas de la
cooperación, a mis compañeros de trabajo, a mis amigos, a mis pacientes que son
capaces de sonreir cuando los atiendo a pesar de estar enfermos, ... y a
personas como tú, que confiáis tanto en mí y sois capaces de movilizar a los
demás para ir creando un mundo mejor y enseñarnos que en la vida el éxito está
en las cosas sencillas y en acompañarnos unos a otros en el camino.
Cada vez que me propones algún proyecto,
vienes a mí con ese brillo en los ojos y esa sonrisa de entusiasmo que te he
comentado que fue lo que me sorprendió de los niños a los que yo creía tener
que ayudar y que al final fueron ellos los que me ayudaron a mí. Me enseñaron
otra forma de ver la vida, a disfrutarla, a sentirla, a compartirla, a
soñarla.....Esas personas que creía yo que necesitaban tanto y que realmente tenían
lo más importante, que era la capacidad de saber vivir intensamente con lo que
tenían.
Proyectos como el tuyo consiguen que
paremos esta vida tan rápida que llevamos y nos planteemos lo verdaderamente
importante de nuestra existencia.
Yo quiero que mis niñas crezcan rodeadas
de personas como tú, con la fuerza de creer en proyectos para mejorar el mundo,
con la confianza de saber que con esfuerzo, las cosas se pueden conseguir, que
sepan levantarse cuando uno tropieza, que disfruten de cada momento, que sepan
sentir la mano en la que te puedes apoyar y a la vez, sepan ofrecerla sin
esperar nada a cambio.
Quiero enseñarles que la vida así es
como merece la pena y por eso quiero que todos los niños, y también los
mayores, tengan las mismas oportunidades. Se lo debemos a ellos, que nos
enseñan a aprovechar la esencia de la vida. Se lo debemos a ese brillo en esos
ojos tan abiertos y felices, y en esas sonrisas que pintan el mundo de
esperanza y entusiasmo.
Pintemos cimas y caminos, pintemos la
vida, demos gracias porque existan personas como tú que siguen teniendo sueños.
Tu amiga
Esperanza
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