sábado, 9 de mayo de 2020

Noelia Camacho "Una Don Quijote de las montañas, que sin su Sancho, no lo habría conseguido"


Presentar a Noelia Camacho es algo muy complicado, quizás por su cantidad de virtudes y facetas de la vida. Luchadora como la que más, a Noelia me podréis perdonar, pero no podía preguntarle sino que ella mejor nos contara. Empezamos en el mismo año y nuestros caminos se han cruzado en todo momento. Cuando pensé en retomar el blog quería que nos contara un "cuento" pero un cuento real, que ella hubiera vivido con la máxima intensidad, por eso tenía que ser el TOR ¿Qué es el TOR? Una de las pruebas de ultradistancia más duras del mundo para el resto de los mortales, pero para ella no. Sin más, os presento, como diría Peter Pan "No dejes nunca de soñar ,sólo quien sueña aprende a volar"...


Cuando todo sale bien: “La gran montaña vs los pequeños detalles, o David contra Goliat”

Eso es mi resumen del TOR: “Historia de una gran locura, maravillosa, imponente, grandiosa y de cómo pudiendo salir mal, salió perfecta, doradita, tierna, justo a tiempo, en su punto, como las magdalenas de las monjas de clausura de mi tierra”. Un David contra Goliat (no hace falta que explique quién es quién).

Todo comienza sentada en un confortable sofá, las grandes gestas deportivas, en mi caso, siempre se han concebido desde ahí, bien a gustito y muchas veces bajo una pequeña embriaguez provocada por una cerveza o una copita de vino (ese día debí beberme dos o tres…) y entonces desde ese lugar seguro te atreves a todo y así, tan normal, me apunté al TOR. También tengo que decir que soy una persona que padezco de inconformismo, una suerte de inquietud que me hace no parar, ni física, ni mentalmente, mi cabeza no lo hace nunca y esa incapacidad me lleva, en muchas ocasiones, a tomar malas decisiones, pero otras… Otras son gloriosas y ésta ha sido la mejor decisión loca de mi vida.

Sin entretenerme demasiado en el proceso y sin apenas darme cuenta llegó el momento, septiembre de 2019, hasta entonces se veía lejos y no acababa de creérmelo, de no ser porque entrenaba bastante y porque me tocaba explicarlo a un entorno que no es muy deportivo, mis compañeras de trabajo, mi familia y entonces se hacía evidente mi locura y mi inconsciencia. En todo este periplo, ayudó mucho poder hablar con Silvia Trigueros, mi amiguita del alma, ella no lo sabe, pero es mi amiga del alma, la adoro en silencio, la quiero y venero, todo lo que diga es poco, ella me animó y me aconsejó, la llamé un par de veces y nos comunicamos por mensajes y todas sus palabras las grabé a fuego. A partir de ahora, en este relato a ella la llamaré: Zoroastro.

No me detengo tampoco mucho en todos los preparativos que una carrera como esta conlleva, eso es algo que no se puede explicar, miles de cosas, casuísticas varias y “por si acasos”. Nos vimos con no sé cuantas maletas y bultos y bolsas y siempre pensaba que algo faltaría. Lo que no me faltó es el mejor acompañante que puedes tener en una locura así, un alguien muy especial, muy cuerdo y con nervios de acero para aguantar un montón de meses con un único tema de conversación, subidones y bajones que provoca imaginar que vas a hacer 350 km -que sí, que pone 330km en todos los sitios pero que también lees en todas las crónicas que salen 350 pero que ya que tenían todo el merchandaisin con los 330 no lo iban a cambiar- por los Alpes.  Él es Lorenzo, que organizó todo al detalle, no dejó un cabo suelto, estudió a mi rival a fondo y había ensayado todo lo que tenía que hacer y decir en todas las situaciones. A partir de ahora Loren será mi Sancho.

El primer detalle que hacía pensar que todo pintaría bien fue la llegada a Courmayeur, Zoroastro me dijo que era importante descansar los días anteriores a la carrera así que mi Sancho reservó una habitación para dos noches en un pueblo al lado de Courmayeur, y así, aunque lleváramos furgoneta, podríamos descansar mejor. La habitación era como un bajo en una calle peculiar, muy estrecha, bajo un arco y no sabíamos qué podía haber ahí, la puerta se atrancaba pero, oh, una cama enorme con sábanas blanquísimas de hilo, una cama blandita, muero por las camas blanditas, soy muy incomprendida en este tema, muchas camas son duras como tablas. Dos noches de ricos y largos sueños. David 1- Goliat 0.

Recogemos dorsal, conocemos gente en las colas, miramos con ojos ingenuos y vivos todo y todos los que nos rodean, hombres y mujeres fuertes y flacos... Mi Sancho me tiene que sacar pronto de ese barullo, no coincido con Zoroastro, nos mandamos mensajes y nos deseamos suerte, mañana empieza todo.
Salida del TOR, ya está , aquí estoy, debajo del arco, más nerviosa que nunca. Un montón de gente me ha deseado de corazón la mejor de las fortunas, llevo la mochila llena de buenos deseos y de frases motivadoras. Veo llegar a los corredores y corredoras élite, ahí viene Zoroastro, pequeñita pero con toda su cara de concentración y de guerrera, ea, ya estamos todos. No aparto los ojos de mi Sancho, suena la cuenta atrás ¡¡¡¡¡¡Nos vemos en La Thuile!!!!!! Me grita  Sancho. 




Zoroastro me dijo que la gente salía rápido, que no hiciera caso, así fue, yo corrí por no quedar mal, pero vamos, que eso tenía que acabar pronto y sin darme cuenta ya estábamos en fila de a uno, con la respiración a tope, empieza a nevar y yo pienso: Noelia, que tú no te has puesto unos crampones de éstos en tu vida,  bueno en el hotel para probar -No, no me los pongo, que no, que esto no cuaja, pues está cuajando a ver si voy algo más rápido y no me los tengo que poner. Y en esa conversación interna se me pasa el primer pico “Col Arp” y aunque ya se me hace duro y veo que esto va a ser una fiesta es tan bella la estampa, que no cabe otro pensamiento ¡quiero seguir! Llego a La Thuile, mi Sancho me espera tan emocionado como yo, tranquilamente picoteo algo, estoy contenta, me dice que nos veremos antes de llegar a la primera base de vida, Valgrisenche, nuestra estrategia es ir de base de vida en base de vida, con margen seguro de tiempos de corte y teniendo clarísimo que nuestro objetivo es llegar, no podemos abandonar por imprudencia, si es por otras muchas razones no pasa nada pero por querer correr más de la cuenta no puede ser. Tengo experiencia, de la de correr más de la cuenta, UTMB, que casi no llego por empezar como si fuera a ganar la carrera y de la otra también, llevo muchos años corriendo ultras. 

Me paro en cada avituallamiento, en cada refugio, hablo con la gente, dedico a cada persona que adelanto o que me adelanta la mejor de mis sonrisas, estoy donde quiero estar, estoy feliz. Corono Passo Alto  2857m, a pesar de la dureza no se me hace pesado y bajo rápido, más de la cuenta, me puede la alegría y tengo otra gran subida al Col Crosatie 2829m antes del primer descanso, me quedo ojiplática, son bellísimas las vistas, madre mía pienso, esto es una barbaridad y no llevo ni 50 km. Quiero llegar pronto a Valgrisenche y estar un ratico con mi Sancho. Ahí está, primera base de vida, conseguida. Es bien de noche y hace frío, me cambio de ropa, descanso un poco, no llega a una hora pero estiro las piernas en una cama. Aquí empieza la segunda etapa, la madre de todas las batallas, la verdadera fiesta, tres subidas que casi acaban conmigo. Col Fenetre 2854m, subida larga y dura en la noche fresquita, bajada muy empinada que hace que se me agoten las piernas, veo a Sancho en Remes y  le digo que tengo que descansar, me echo en una cama una hora y media, se masca la tragedia, el siguiente pico Col Entrelor 3002m, madre del amor hermoso, que duro se me hace, soy consciente de la dimensión del proyecto en el que me he embarcado, amanece en la cima, tienes que pararte a mirar y a girar sobre ti misma, es inmenso todo, se mezcla el cansancio la belleza y empieza la bajada, larga, larga, por fin veo a Sancho y ahí viene el peor momento, digo las terribles tres frases “ creo que no puedo, esto es muy grande, estoy fundida” y para colmo antes de la siguiente base de vida tengo que subir el Col Lorsson 3299 metros y estoy grogui. Mi Sancho me dice justo lo que necesito: “ venga, vamos poco a poco, son las 10 de la mañana, hace un día espléndido, llegas a Cogne y descansas lo que haga falta, vamos muy bien con los tiempos de corte” y claro, pues sigo, a ver si no. Y con un caminar como a cámara lenta entro en un estado de trance, el sol calienta y lo consigo, Col Lorsson,  mi  segunda  victoria, había pasado el peor momento, David 2- Goliat 0. La bajada fue preciosa y me animé, llegué a Cogne. Mi Sancho y yo planteamos la siguiente etapa, descansaría lo que hiciera falta, iba súper bien de tiempo a pesar de lo mal que lo había pasado, así que cené, me di una ducha y en una de las camillas en un pabellón cubierto estuve 5 horas de profundo y reparador sueño, nada me molestó, aquello era la gloria, me pareció la cama más blandita del mundo. Desperté  como una rosa y antes de salir para la siguiente etapa fui a cuidarme los pies, Zoroastro y mi Sancho me lo habían advertido, “a la mínima que notes…”. Una ampolla puede hacerte abandonar y como notaba un pequeño indicio en mi talón izquierdo fui a que me viera  un podólogo, y ahí aparece Claudio Serdino, el podólogo más famoso del Valle de Aosta, me trató con tanto esmero y cuidado que no daba crédito, me dijo que parecía mentira que llevara 100 km,  que mis pies estaban perfectos, no  obstante me hizo un vendaje en el talón y yo le di un abrazo tan fuerte por  lo agradecida que estaba que creo que le sorprendió pero que no olvidó, David 3-Goliat 0. 



Salí de Cogne feliz, descansada, una nueva Noelia. Mi Sancho me traducía a mi comprensión montañera lo que me quedaba hasta el próximo encuentro: “ahora es como si subieras dos veces seguidas a Jabalcuz y calculo que nos vemos en 5 horas”, eso me encantaba, mis pequeños objetivos  eran intentar sorprenderlo y estar ahí en 4 horas y media. El caso es que la siguiente etapa fue la más suave pero igual de bonita que toda la carrera, salí de madrugada y me amaneció en el Fenetre de Champorcher  2827m, inolvidable. Coincidí con Jose, un ultrero gaditano que me hizo disfrutar de una buena conversación, fue bonito compartir sentimientos e ilusiones. 

Y tercera base de vida, Donnas. Todo va muy bien, me siento genial, llamo a mi padre y lloro de la emoción, también hablo con mi hermana, mi Sancho me cuenta que todo el mundo me sigue y me anima, me lee algunos mensajes y me pone algunos audios que me inyectan energía en vena, yo miro poco el móvil, bastante tengo con no perderme detalle de nada, me obsesiona no estar alerta, perderme detalles, paisajes, expresiones. La gente va muy mal en este punto, muy cansada, lesionada, que se duerme por el camino, pero ahí siguen. Pues salgo y justo empieza a llover fuerte, decido ponerme el gore-tex, pero es que sudo mucho con él… En fin, que me peleo con el calor y la lluvia y resulta que por no mojarme voy empapada por dentro. La gente va con sus membranas pero yo tengo que subir sólo con térmica, me muero de calor. Esta etapa se hace dura, me coge la noche, son casi  40 km a más de 2000 metros, con lluvia, terreno técnico, doy varios resbalones, culetazos y alguna caída que de ver bien lo que había al lado igual me hubiera acojonado, pero es de noche y solo veo el cielo y por fin luces al fondo, Niel, justo antes de la siguiente base de vida, no quiero parar ahí, quiero llegar a Gressoney pero llego tan fundida y con tanto sueño que decido parar, no fue muy buena idea porque hacía frío, y no descansé bien, pero es que tenía mucho sueño. Y llego a Gressoney, el sol me ha calentado y es medio día, este último tramo ha sido precioso, los avituallamientos son una fiesta, cantan, gritan, animan… Así que ya estamos en el 200, cuarta base de vida, ya es más de la mitad, empiezo tímidamente a sonreír. Decido comer tranquilamente, me ducho y se me cae mi vendaje pero ¿a que no sabes quien está de podólogo en Gressoney? mi Claudio Serdino, que me reconoce y se empeña en verme personalmente los pies, eso me hace esperar mas de una hora pero vale la pena porque me venda los pies dedo por dedo sin prisa, una obra de arte y me dice que su trabajo dura hasta el viernes, así que tengo que prometerle que el viernes nos vemos en Courmayeur, David 4-Goliat 0. A estas alturas hay una grupeta con la que coincido más o menos y veo que mi  Sancho ya ha hecho amistades. Su carrera no tiene desperdicio, venga a subir y bajar puertos con la furgoneta a las horas y al ritmo que yo marco, siempre atento, con todo lo que necesito, me abriga , me masajea, me da el parte diario, habla con mi familia y si le queda algo de tiempo come y duerme.



Salgo hacia la siguiente base de vida Valtournenche, hemos decidido que ahí haría otra parada de las largas, dormir mas horas para afrontar las dos ultimas etapas. Salgo a las cinco de la tarde, en esa etapa voy sola todo el tiempo a mi ritmo y no se me hace muy pesada aunque llego bien entrada la noche, quinta base de vida, estoy deseando dormir, me lavo un poco y me acuesto sin comer ni nada, es un pabellón muy silencioso, y tranquilo, dormí profundamente y al despertar veo que casi todo el mundo que entró conmigo ya se ha ido, madre mía que tranquila voy. Me visto con ropa limpia, desayuno bien y salgo con una sonrisa, camino de la penúltima etapa, antes de salir, una de las voluntarias que no paraba de sonreír y sonreírme se acerca y sin venir a cuento me guarda dos ciruelas en mi mochila, sentí como si me diera dos amuletos de la suerte que tendría que comerme en un momento difícil y me inyectarían la fuerza de la marmita de Obelix, David 5- Goliat 0.  Esta resultó ser mi etapa favorita del TOR, Col Brison, Col Champillon, el Cervino imponente a lo lejos, cada paso es sorprendente, y estoy feliz, con los ojos abiertos y despierta a tope, me alegra estar haciendo así la carrera, descansada, exigiéndome en las etapas pero sin perder la idea de terminar bien, de disfrutar y veo que lo voy consiguiendo, estoy, en plenitud. Última base de vida, esto parece que va bien. Mi Zoroastro llegó hace ya un día, eso me hace alucinar, es una diosa. Y con mi equipación del club Sierra Sur de Jaén, llena de orgullo olivarero y andaluz afronto la última etapa David 6 Goliat 0, llevo un único pensamiento, el paso de la Malatra, cuanto me ha hablado mi Sancho de este lugar, cuantas fotos he visto, cuanto me he imaginado llegando aquí, sabiendo que ya sólo queda bajar y aquí estoy, Dios mío, estoy en lo alto. 


Ya solo queda bajar y puedo correr y a tres kilómetros oigo una voz de mujer que grita Noelia. Creo que alucino pero no, es María, una corredora de Córdoba con la que tengo muy buena energía desde que nos conocimos y que resulta que estaba en Courmayeur de vacaciones y me había seguido y ella y su pareja habían decidido acompañarme en los últimos kilómetros, me alegra una barbaridad, corremos y  ya estoy en el pueblo y veo a mi Sancho que no puede creérselo y antes de llegar a meta la “repanocha”, mi Zoroastro me espera animándome, me coge de la mano y corre conmigo el último kilómetro  y entro en meta. A las 9 de la noche, como habíamos soñado, el viernes como le había prometido a Claudio, con todos los bares llenos y la gente aplaudiendo, mi Zoroastro me abraza con lágrimas en los ojos y me dice “¿Ves? Ya está” y ahí se resume todo, lo grande y lo pequeño. Luego mi Loren me abraza muy, muy emocionado, llamamos a mi familia y nos vamos a ducharnos y nos comemos una pizza y nos bebemos unas cervezas y ahí queda la mejor y más bella experiencia. La mejor carrera de mi vida.  DAVID 7 - GOLIAT 0.


  

Firmado: Una Don Quijote de las montañas, que sin su Sancho, no lo habría conseguido.




“Una vida en un día” www.noeliacamacho.com

6 comentarios:

  1. Nene, que largo me ha quedado.... No sé si alguien se atreverá a leer.....

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  2. Guau,una experiencia increíble. Muy grande💪💯, estupenda crónica. El mejor guión posible para una experiencia de esta magnitud.

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  3. Gracias Noelia por "llevarme" a esos momentos. Gran relato que me ha echo imaginar estar allí viendote a tí y a tu "Sancho". Subiendo y bajando diferentes lugares pero siempre con la misma cara. Con una sonrisa radiante!!!. Seguro que ya pensando en lo siguiente. Mi familia y yo deseando volver a seguirte y mandarte una dosis de energía!!. Un besazo

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  4. Gracias por compartirlo, emocionante, envidia de verdad. Deseando poder afrontarlo. Gracias de verdad.

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  5. Grande y Maravillosa experiencia, y muy Grande también Sancho

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